Ñuu tikuaa / El Pueblo Naranja

Ñuu tikuaa

Por ONOFRE NICOLÁS SÁNCHEZ

Allá está el encantador Pueblo Naranja.

Rodeado de ríos y riachuelos

Con sus aguas cristalinas y sus bosque de encinos

Las casas de tejas dispersos por doquier se asoman entre las hierbas de sus montes

Pero eso sí, sus calles amplias y derechas porque fue bien planeada desde su creación

Por las banquetas de ese pueblo sembraron almendros y naranjos

Frondosos están los almendros y amarillos se ven los naranjos.

En el corazón del pueblo naranja, ¡se anuncia con la bocina!

Que mataron cuche en casa de don Beto

Que hay tamales de tichinda en casa de doña Licha.

Que hay pan de yema en casa de doña Emma.

En las madrugadas y en las tardes la vida de este pueblo es una algarabía.

Que ya pusieron las mañanitas en la casa de don Ucho, que fulano de tal ya cumple años y habrá bailes y tamales, que sus hijos lo felicitan porque lo quieren demasiado.

Que doña Dalila anuncia por la bocina con su voz rechillante, que hay un burro perdido que pagan por encontrarlo, que dejen de tirar basura en la calle, que no sean cochinos, que regresen lo que se robaron en el corral de don Chano.

El pueblo naranja, es un vaivén de colores, verdes está el campo, azul su cielo celestial, blancos los cotones de los tatas, pero negro el corazón de mi querer.

¿Que tendrás Pueblo Naranja que te extraño tanto?

¿Que sufrimiento he de pagar por estar dejos de ti?

Un día volveré y entonces beberé de tus aguardientes y bailaré al son de tus tejorones y chilenas.

Comeré de tus chicatanas, de tus endocos y de tus iguanas.

Sembrare maíz, frijoles y calabazas en tu tierra fértil.

Y cuando muera, por dios que me iré con gusto porque se que floreceré en tu itayata y en tu itacuan.

En tus cafetales y en tus piñales. En tus guapinoles y en tus chepiles.

Rojas son tus tierras pueblo Naranja como roja la sangre que te ofrezco linda tierra asi como rojos los soyates que aprietan la cinturas de tus inditas bellas y trigueñas y rojo el color de la jamaica que crece en tus campos.

Bajo la sombra de tus bosque existen las historias de revoluciones que tus hijos han marcado son sangres y con llantos, algunas veces luchando por sus ideales, otras veces por el ímpetu de venganza,

Es por eso que tu hijo predilecto fue asesinado cuando se atrevió a denunciar y a gritar a los cuatro vientos las atrocidades que se cometen contra tu gente. Reclamos que se escuchaba en tus costas de mar turquesa, en tus verdes montañas, en las secas tierras de tus desiertos, porque porque veía a tu gente sufrir, que tenían sed de ser escuchados, sed de ser atendidos, sed de ser felices con lo poquito que tenían. porque no solo bastan las sombras de tus árboles, donde alegre corren los conejos y los venados.

Aquel conejo que quedó plasmado en tu luna que brilla en la noche más oscura de tu triste historia, la misma noche que nos tiene atrapados en un mal sueño, donde los conjuros y las calumnias empiezan a reinar en tus suelos, mi hermoso pueblo naranja.

Ohhh Pueblo Naranja, nunca, pero nunca estás lejos de mi, porque te vivo siempre, te platico diario y te sueño cada noche. Ese sueño que está por empezar, el sueño de la fe y de la esperanza.

Allá a lo lejos por el bosque se escucha el tecolote, que ya anuncia mi partida.

Pero déjame decirte Pueblo Naranja, que ni los zorros ni los mapaches aguantan el filo de mi machete.

Mi machete que silva rozando tus huamiles, que lo mismo sirve para cortar una piña que pa defender el amor de mi niña y mi honor costeño.

Entonces pues mi querido pueblo naranja, ¿no es suficiente el amor naranja que te doy?, ¿acaso debo arrodillarme para merecer tu pasión?

¿Que no he hecho lo suficiente para ser tu hijo predilecto?

Soy nahual nacido en tu tierra, soy guerroso cual bohemio que ha bebido de tus aguardientes , soy terco como las mulas, porque así se me da la gana.


En la costa mixteca de Oaxaca existe un territorio que sus habitantes nombran en tu’un savi (lengua de la lluvia) como Ñuu tikuaa: el Pueblo Naranja. Este texto es un testimonio lírico que recorre la geografía, las tradiciones y la memoria histórica de una comunidad que ha marcado su identidad entre ríos cristalinos, bosques de encinos y tierras rojas. A través de imágenes poéticas, el autor construye un retrato íntimo de la vida cotidiana: los anuncios en la bocina del pueblo, el sabor de las chicatanas y los endocos, el aroma de los tamales de tichinda, y el sonido de los tejorones y chilenas que acompañan las celebraciones. Pero también evoca las luchas sociales que han marcado a este territorio, el asesinato de líderes comunitarios que denunciaron injusticias, y la resistencia de un pueblo que sigue floreciendo pese a la adversidad. Este es un canto de amor, memoria y compromiso con el Pueblo Naranja de Oaxaca.

Ñuu tikuaa – El Pueblo Naranja

En el corazón del pueblo naranja, ¡se anuncia con la bocina! Que mataron cuche en casa de don Beto. Que hay tamales de tichinda en casa de doña Licha. Que hay pan de yema en casa de doña Emma. En las madrugadas y en las tardes la vida de este pueblo es una algarabía.

Que ya pusieron las mañanitas en la casa de don Ucho, que fulano de tal ya cumple años y habrá bailes y tamales, que sus hijos lo felicitan porque lo quieren demasiado. Que doña Dalila anuncia por la bocina con su voz rechillante, que hay un burro perdido que pagan por encontrarlo, que dejen de tirar basura en la calle, que no sean cochinos, que regresen lo que se robaron en el corral de don Chano.

El pueblo naranja, es un vaivén de colores: verdes está el campo, azul su cielo celestial, blancos los cotones de los tatas, pero negro el corazón de mi querer.

“¿Qué tendrás Pueblo Naranja que te extraño tanto?”

Soy nahual nacido en tu tierra, soy guerroso cual bohemio que ha bebido de tus aguardientes, soy terco como las mulas, porque así se me da la gana.

Porque en tu tierra aprendí lo que es el respeto, la humildad y el trabajo honrado. Porque en tus calles corrí descalzo persiguiendo sueños que aún hoy guardo en el alma. Porque cada piedra de tus caminos guarda historias que solo los que nacimos allí podemos entender.

Ñuu tikuaa vive en cada uno de nosotros El Pueblo Naranja no es solo un lugar en el mapa, es un sentimiento que llevamos grabado en el corazón. Es la voz de la bocina que nos despertaba, el sabor de los tamales recién hechos, el color dorado de los naranjos al atardecer. Es nuestra raíz, nuestra identidad, nuestro eterno hogar.

Originario del municipio mixteco de San Agustín Chayuco, en la costa de Oaxaca.
Licenciado en Economía, Pasante de Derecho en la UNAM, y Maestro en Gestión Pública para la Buena Administración en la Escuela de Administración Pública de la Ciudad de México.

Onofre Nicolás Sánchez

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