En «La Justicia Selectiva en México: Una Conversación con Jaime Betanzos», se explora la profunda contradicción entre el discurso oficial de justicia y la realidad de represión que enfrentan las comunidades mazatecas de Oaxaca. En esta conversación, Jaime Betanzos, ex preso político de Eloxochitlán de Flores Magón, comparte sus vivencias tras pasar casi una década encarcelado bajo cargos fabricados. Su relato revela cómo el sistema judicial, lejos de ser una herramienta de justicia, se convierte en un mecanismo de control político para las comunidades indígenas, sosteniendo la influencia de cacicazgos locales y estructuras de poder que perpetúan la represión.

Entrevista a Argelia Betanzos desde Radio Huaya El Giro de la Rueda

56 defensores mazatecos enfrentan 200 órdenes de aprehensión por proteger su territorio ancestral. Mujeres indígenas acampan ante juzgados federales exponiendo la criminalización judicial sistemática. La lucha de Eloxochitlán revela cómo caciques, gobiernos y magistrados se alían contra comunidades originarias. Testimonio directo desde Radio Huaya con Argelia Betanzos.

La Lucha Mazateca: la Justicia como Arma de Opresión

Por Kino Balu

En México, la llegada de la Cuarta Transformación ha prometido avances en los derechos del pueblo y un renovado respeto hacia las autonomías indígenas; sin embargo, la realidad que enfrentan las comunidades mazatecas en Oaxaca revela una historia distinta. Bajo el gobierno de López Obrador, y ahora con Claudia Sheinbaum, los discursos sobre igualdad y respeto a menudo se desvanecen ante una cruda realidad de criminalización y represión institucional. El caso de Jaime Betanzos, ex preso político de Eloxochitlán de Flores Magón, ejemplifica esta contradicción: tras pasar casi una década encarcelado bajo cargos fabricados, Betanzos evidencia el uso del sistema judicial como herramienta de control político, una práctica que refleja un colonialismo contemporáneo donde la prisión preventiva se convierte en una forma moderna de tortura institucionalizada.

La instrumentalización del sistema judicial mexicano como mecanismo de control político sobre los pueblos originarios representa una de las manifestaciones más perversas del colonialismo contemporáneo. El caso de Eloxochitlán de Flores Magón, Oaxaca, ilustra con particular crudeza esta realidad: la detención prolongada de indígenas mazatecos bajo el pretexto de la prisión preventiva constituye una forma moderna de tortura institucionalizada. Este artículo, basado en el testimonio de Jaime, explora cómo la represión contra los pueblos originarios no solo persiste, sino que parece haberse perfeccionado, poniendo en duda la legitimidad de un Estado que se dice transformador y justo.

Las Estructuras Caciquiles y la Manipulación del Poder

La perpetuación del poder caciquil en Eloxochitlán encuentra un ejemplo claro en la familia de Manuel Zepeda, cuya influencia política ha cruzado las fronteras locales para posicionarse en el ámbito estatal. Elisa Zepeda Lagunas ha pasado por diversos cargos en el gobierno estatal, como diputada estatal, después como titular de la Secretaría de la Mujer en la administración actual, y ahora nuevamente como diputada plurinominal respaldada por Morena. Su rol en la Secretaría de las Mujeres de Oaxaca bajo el gobierno de Salomón Jara representa una contradicción inquietante: mientras ocupaba una posición destinada a la defensa de los derechos, su familia continuaba sosteniendo estructuras de opresión que han facilitado la criminalización de voces disidentes en su comunidad.

«Con esto no quiere decir que las palabras de Elisa, en sus videos medio raros, reivindique la lucha de la mujer porque es una estrategia de ella para adornar su discurso, ella jamás ha sido defensora de la mujer», señala Betanzos, evidenciando la instrumentalización del discurso feminista como mecanismo de legitimación política.

Entrevista con Jaime Betanzos: La Mecánica de una Injusticia

«Desde el año 2011 yo ya estaba con la carga de la prisión, viniendo desde el deseo tan malévolo de parte de estas familias. Yo estaba seguro que eso era parte de una fabricación burda», explica Jaime Betanzos. «Durante 2011 y 2012 se me fabricaron 4 expedientes con órdenes de aprehensión, y obviamente al yo no haber cometido algún delito las enfrenté.”

¿Cómo experimentaste esos nueve años de prisión preventiva?

“Enfrentar la cárcel desde la idea de que te condenen a la máxima de homicidio calificado, el solo hecho de pensarlo te intimida, te estremece. Es estremecedor estar entre 4 paredes y estar consciente de que en cualquier momento te puede llegar ese acuerdo, esa sentencia, te convulsiona todo; lo moral, lo físico y lo intelectual.»

Jaime describe la experiencia de la prisión como un túnel sin luces. «Conocí que los procesos inician, caminan y terminan, pero jurídicamente me dijeron que ese recorrido tiene etapas y depende de la calidad de la defensa, de quién te defiende y de sus propias luchas», explica. «Mi defensor fue intimidado y aún así no se amedrentó, lo cual me dio esperanzas. Sin embargo, al tratarse de nosotros, los presos de Eloxochitlán, esto es un asunto de Estado, un caso profundamente político. Me atrevo a decir que el 97% de su contenido es político, y solo el 3% es verdad.»

¿Cómo ha sido la relación afectiva con el resto de tus compañeros, también expresos políticos?

«Siento que lo que nos unió fue que, en nuestra debilidad, nuestros clamores”

Para Jaime y sus otros compañeros esos “clamores” se convirtieron en una forma de resistencia colectiva dentro de la prisión. Pues se aferraban a frases aparentemente simples como “Queremos estar en casa”, que con el tiempo se transformaron en demandas más profundas: “¡Llévanos a casa!”.

“Era más que un deseo de libertad física; era una manera de mantenernos unidos, de recordarnos mutuamente que no estábamos solos en esta lucha. En esa fragilidad compartida encontramos nuestra mayor fortaleza.

Esto ocurrió de inmediato, al llegar a la prisión. Nos intimidaron casi al décimo día de llegar, especialmente a quien era presidente municipal de Eloxochitlán en 2014. Nos amenazaron de muerte. Sentí en mis huesos la amenaza de muerte, y estuve fuera de mí por semanas porque, después de esa amenaza, veía en cualquier persona los deseos de matarme en alguna esquina o en el pasillo de la cárcel.»

Jaime recuerda la profunda desconexión de la realidad que le embargaba. «El trabajo cotidiano de hacer artesanías y el ejercicio artístico ocupaban el espacio de mis emociones para no morir ahí en un pensamiento, en una espiral sin fin, cuestionando si soy culpable de algo o por qué estoy aquí preso.

Durante mi encierro, encontré un profundo significado en la obra de Ricardo Flores Magón. Después de nueve años de prisión, la relectura de sus cartas cobró un nuevo sentido: ¡Ah jijos, ésta es la cárcel y esta es la transformación que te da! Ahora, cada palabra de Magón resuena de manera diferente, porque puedo sentir ese hilo vital que solo se manifiesta plenamente en el encierro.

Particularmente reveladora fue mi lectura de una recopilación de 2022 titulada El Oaxaqueño sobre Ricardo Flores Magón. Un artículo señalaba que el pensamiento más profundo de Magón emergió durante sus períodos de encarcelamiento, una observación que ahora comprendo desde mi propia experiencia. Este entendimiento ha despertado en mí la urgencia de traducir sus palabras a nuestra lengua mazateca, para que su mensaje de resistencia y transformación siga vivo en nuestra comunidad.»

La Cultura Mazateca como Resistencia: Solidaridad y Lengua en el Encierro

Para los pueblos originarios, la cárcel no solo representa una privación física, sino una interrupción violenta de su vida comunitaria y cultural. Sin embargo, las tradiciones y costumbres que han resistido durante siglos también brotan como herramientas de resistencia dentro de los muros carcelarios. Jaime narra cómo él y sus compañeros presos encontraron en su lengua mazateca y en la solidaridad comunitaria la fuerza para sobrellevar los años de encierro.

«A nosotros lo que nos ayudó mucho fue el uso de nuestra lengua (mazateco)», relata Betanzos. «Los jóvenes son bromistas y nosotros disfrutábamos de esas bromas, de esos mensajes, de no extrañar tanto a la familia, platicábamos en mazateco: ¿qué hacías cuando estabas libre? ¿a qué te dedicabas los fines de semana?»

Este testimonio resalta cómo el Estado subestima la capacidad de los pueblos originarios para resistir a través de su cultura. La lengua mazateca, que muchos considerarían un simple medio de comunicación, se convierte en el símbolo de una identidad que desafía a un sistema opresivo. La cárcel, diseñada para quebrar la voluntad, termina siendo un espacio donde se fortalece el lazo comunitario, desafiando la maquinaria de represión.

¿Qué fuerzas te sostuvieron durante estos años de encarcelamiento injusto?

«Me mantuvo muy fuerte mi convicción de inocencia, hasta aprendí el término de Presunción de Inocencia«, afirma. «La prisión preventiva es una violación totalmente a los derechos humanos. De hecho la violación a nuestros derechos humanos inició en Huautla en el momento en que me detienen de manera arbitraria, en el momento en que me secuestran.»

La Lucha de Argelia Betanzos: Nueva Generación de Defensoras

La historia de Jaime Betanzos no es solo suya. A través del encierro, surgió una nueva defensora en su propia familia, representada en su hija Argelia Betanzos, quien de abogada se ha convertido en una defensora de derechos humanos reconocida. En medio de una lucha tan larga y desgarradora, Argelia encarna la esperanza de una justicia que no dependa de las buenas intenciones del poder, sino de una conciencia comprometida con los pueblos originarios.

¿Cómo has visto la evolución de tu hija Argelia en este proceso? ¿Qué significa para ti su rol como defensora?

«Argelia es una abogada mazateca, una defensora que no viste su huipil por protocolo, sino porque es parte de su identidad. Ha aprendido la lengua, algo que yo nunca le enseñé. Verla abogar por los derechos de nuestra comunidad, verla en cada espacio donde se necesita una voz indígena, fue una de las pocas cosas que me mantuvo fuerte. Ella no es solo mi hija; es una defensora comprometida que entiende que el derecho no es un privilegio, sino una herramienta que debe estar al alcance de todos.

La veo en escenarios diversos, comprometida con los derechos ambientales, sociales y humanos, y me impresiona su afinidad profunda con nuestra cultura,» menciona Jaime.

La figura de Argelia, y el rol de las mujeres en la comunidad, demuestran que el proceso de resistencia se transforma y se adapta. Las mujeres en Eloxochitlán han ganado un espacio que desafía los modelos tradicionales de liderazgo. Su participación no es un acto decorativo, como la retórica feminista instrumentalizada por figuras del poder; es una presencia real y significativa que redefine el poder comunitario.

Jaime Betanzos: Las Nuevas Relaciones con las Mujeres de Eloxochitlán

Jaime Betanzos, ex preso político de Eloxochitlán de Flores Magón, comparte su perspectiva sobre el cambio que ha observado en su comunidad tras su salida de prisión, especialmente en relación con el rol de las mujeres. Jaime destaca que, en estos años, la conciencia de las mujeres ha evolucionado notablemente. “Aquí en mi pueblo, la mujer ya tiene trascendencia en sus deseos, en sus sueños, y algunas mujeres que están preparadas saben de qué se trata”, reflexiona.

A su regreso, encontró a una comunidad donde las mujeres han comenzado a ocupar su lugar en la Asamblea Comunitaria, un espacio clave para la toma de decisiones colectivas. Según Betanzos, estas mujeres no necesitan mediaciones externas para defender sus derechos: “Las mujeres aquí se están defendiendo por sí solas porque tienen un espacio en la Asamblea Comunitaria, y si toman ese espacio incursionarán con su discurso”.

Jaime Betanzos: Reflexiones sobre su Familia y su Comunidad

Jaime, tras su liberación luego de casi una década en prisión preventiva, comparte cómo la experiencia fortaleció su vínculo con su familia y consolidó su deseo de justicia para Eloxochitlán de Flores Magón.

La figura de Eusebia, esposa de Jaime, se convierte en una raíz firme y esencial en este proceso de transformación colectiva. Durante los años de encarcelamiento de Jaime, ella no solo sostuvo la lucha familiar desde fuera con persistencia y sensibilidad extraordinarias, sino que forjó su propio camino de empoderamiento. Su presencia se ha fortalecido tanto en el ámbito familiar como en el tejido comunitario, donde se ha convertido en una voz que acompaña y abraza otras luchas. Su trayectoria ejemplifica cómo la resistencia individual puede transformarse en solidaridad colectiva, tendiendo puentes entre diferentes movimientos y causas que buscan justicia. Para Jaime, la evolución de Eusebia representa no solo un motivo de profunda gratitud, sino también un testimonio vivo de cómo el dolor puede transformarse en fuerza colectiva.

Para sus hijos, Jaime guarda un mensaje que trasciende la resistencia y se convierte en legado: «Esta experiencia, aunque dolorosa, nos ha dejado aprendizajes profundos que debemos incorporar para seguir adelante». Al mencionar a su hijo, su voz se quiebra ligeramente. «A mi hijo, que hoy está ausente, le pido que siga tejiendo esta telaraña de libertad. Aunque el tiempo y la distancia nos han separado, sé que algún día podremos volver a disfrutar juntos de la vida y del trabajo compartido».

Con especial emoción, Jaime habla de su hija Sara, cuyo apoyo inquebrantable fue fundamental durante sus años más oscuros en prisión. “Sara encarna una sensibilidad extraordinaria hacia todas las luchas, hacia todos los dolores humanos. Su capacidad de amar y dar no conoce límites ni medidas. No entiende de pequeñas dosis; ella entrega su apoyo por kilos, con una generosidad natural que no busca reconocimiento ni gratitud. He sido testigo de su transformación tanto desde dentro de la cárcel como ahora en libertad, y me maravilla su evolución.”

La Persistencia del Poder Caciquil a Través de Tres Administraciones y La Falacia de la Transformación Institucional

La continuidad de la injusticia a través de distintos gobiernos estatales revela la profundidad del problema. Como señala Betanzos: «Cuando Gabino Cue fue el gobernante del estado de Oaxaca caímos presos, después llegó Alejandro Murat y continuamos prisioneros, Salomón Jara y con él nos tocaron dos años más. Tres gobernantes de Oaxaca y un presidente con sus seis años, y desde nuestra lupa vemos que es burda la política de nuestro país.»

La supuesta transformación democrática proclamada por las instituciones contrasta dramáticamente con la realidad vivida por las comunidades originarias.

La retórica del cambio social se desvanece ante la persistencia de prácticas represivas que mantienen intactas las estructuras de poder tradicionales.

«Del hecho se nos diga que hay una cuarta transformación desde el oficialismo», reflexiona Betanzos, «y por otro lado los medios alternativos están generando un debate al cuestionar este dicho, y eso es importante, pues estos medios surcan con sus propuestas informativas para que vayan dándose cuenta los políticos de que estamos despertando.»

Hacia una Reconceptualización de la Justicia

La experiencia de Betanzos y de los perseguidos políticos mazatecos demanda una demolición radical del sistema judicial mexicano y su relación con los pueblos originarios. La prolongada prisión preventiva como instrumento de control político representa una violación sistemática de derechos fundamentales que requiere atención urgente.

La verdadera transformación del sistema judicial mexicano debe partir del reconocimiento efectivo de la autonomía indígena y sus sistemas normativos internos. Esto implica desmantelar las estructuras caciquiles que perpetúan la criminalización selectiva de la disidencia política en comunidades originarias.

Finalmente, sobre Eloxochitlán, Jaime Betanzos tiene una visión clara: desea ver una comunidad que recupere su autonomía. «Nuestra labor es titánica, mucho trabajo incluso que será exhaustivo para recuperar nuestro espacio de asambleístas. Ese es nuestro objetivo, que la asamblea recupere su autonomía, esencia, espontaneidad, que sus raíces puedan florecer. No se puede continuar que el pueblo se contemple débil, vulnerable del cual se aprovechan por ser un pueblo indígena. El pueblo ahí está, lo indígena también, ahora simplemente hay que ser parte de él.»

El Giro de la Rueda en Radio IPN 97.5 FM, Ciudad de México

Transmitido en el año de 2024

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