La justicia mexicana se muestra en Eloxochitlán de Flores Magón, donde 56 personas enfrentan órdenes de arresto por defender el río Xanga Ndá Ge del saqueo. Mientras el líder Manuel Zepeda Cortés extrae grava con la ayuda de jueces y fiscales, las familias mazatecas sufren cateos nocturnos y casos inventados. Este artículo, junto con nuestro podcast de Sara Betanzos, amplía las voces de las defensoras y muestra cómo el Estado usa sus tribunales para quitar tierras a quienes protegen sus territorios ancestrales.


Sara Betanzos reportó desde la movilización en Boca del Rio El Giro de la Rueda

Las mujeres mazatecas deEloxochitlán llevaron su protesta frente a los juzgados federales en Boca del Río, Veracruz. Entre consignas y peticiones, la abogada Argelia Betanzos denuncia más de 200 órdenes de aprehensión reactivadas y 14 compañeros quellevan más de una década sin regresar a casa. En este episodio escuchamos la voz de la comunidad que exige al Poder Judicial una resolución justa y el fin de la criminalización. Información de Sara Betanzos para El Giro de la Rueda y Radio Huaya

Mujeres Mazatecas

Contexto del despojo territorial en Eloxochitlán de Flores Magón

La justicia en México es un simulacro continuo. En Eloxochitlán de Flores Magón, Oaxaca, la evidencia es brutal: el cacique Manuel Zepeda Cortés saquea el río Xanga Ndá Ge durante más de quince años con la complicidad abierta del Estado, y quienes se atreven a defenderlo son perseguidos por jueces, fiscales y gobernantes que se disfrazan de demócratas mientras hunden sus manos en la arena del despojo.

Las familias mazatecas cargan la prisión en la piel: mujeres sometidas al hostigamiento judicial, niñas y niños forzados a dejar la escuela para ayudar a pagar abogados, ancianos que esperan a hijos encarcelados por delitos inventados. El miedo a un cateo nocturno se convierte en rutina. El estrés postraumático no lo provocan solo las balas o las amenazas del cacique, sino los expedientes fabricados por el juez Constantino Santiago Agustín en Huautla de Jiménez y sostenidos por la Fiscalía de Oaxaca.

Manuel Zepeda Cortés: perfil del caciquismo extractivo

Esos camiones de carga de Manuel Zepeda Cortés llena de grava arranca no solo tierra del río, sino también la memoria colectiva de un pueblo. La criminalización con más de 200 órdenes de aprehensión contra 56 personas busca disciplinar a una comunidad que se resiste a ser convertida en cantera. La presidenta del Tribunal Superior de Justicia de Oaxaca, Berenice Ramírez Jiménez, y el Fiscal General del Estado, Bernardo Rodríguez Alamilla, han permitido que los tribunales se conviertan en extensiones del caciquismo. La comunidad mazateca responde con organización, con plantones comunitarios frente a los juzgados, con la dignidad de quien sabe que la justicia no se mendiga: se exige.

El poder caciquil de Zepeda Cortés no existiría sin el sostén de las instituciones. Claudia Sheinbaum Pardo, Presidenta de México, ha sido interpelada directamente para detener esta persecución y garantizar la libertad de las mujeres mazatecas. El gobernador de Oaxaca, Salomón Jara Cruz, calla mientras la maquinaria del saqueo avanza. Los jueces federales de Boca del Río, Veracruz, prolongan el sufrimiento de las familias dilatando resoluciones de amparo, a pesar de que el propio Instituto Federal de Defensoría Pública ha demostrado irregularidades groseras y fabricación de delitos. La presidenta electa del Tribunal de Disciplina Judicial, Celia Maya García, tiene la obligación histórica de frenar este teatro de injusticia y exigir a los jueces que pongan fin a la criminalización.

La amenaza y la criminalización sistemática contra defensores ambientales

El río Xanga Ndá Ge no es solo agua ni recurso: es un ser vivo que sostiene el equilibrio ambiental y cultural de Eloxochitlán. La extracción ha matado álamos, desplazado flora y fauna riparia, erosionado los taludes y alterado el clima local. Peor aún: ha quebrado la relación espiritual que la comunidad mantiene con el río como ser sagrado. La criminalización, entonces, no solo persigue a defensores humanos: persigue un modo de existir en comunión con la tierra.

¿Qué justicia es esta que se arrodilla ante un cacique? ¿Qué poder judicial es este que fabrica delitos contra quienes defienden la vida, mientras se convierte en garante de la rapiña? ¿Qué legitimidad puede tener un Estado que permite a Manuel Zepeda Cortés destruir un río mientras amenaza con encarcelar a las mujeres que lo protegen?

Pronunciamiento de la Misión Civil de Observación y exigencias de justicia

El Pronunciamiento de la Misión Civil de Observación, en el marco de la movilización de la comunidad mazateca de Eloxochitlán, exige la cancelación inmediata de las órdenes de aprehensión fabricadas contra 56 personas de la comunidad y la libertad total de las y los defensores del río, así como el cese a la persecución política; la restauración integral del río Xanga Ndá Ge con la prohibición definitiva de la extracción de grava y arena; que la magistrada Celia Maya García, como presidenta electa del Tribunal de Disciplina Judicial, garantice que los jueces federales de Boca del Río actúen conforme a derecho y no como instrumentos del caciquismo; que la presidenta del Tribunal Superior de Justicia de Oaxaca, Berenice Ramírez Jiménez, y el fiscal general del estado, Bernardo Rodríguez Alamilla, rindan información completa y transparente, sin dilaciones ni informes falsos; y que la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo junto al gobernador Salomón Jara Cruz asuman la responsabilidad política de detener la persecución contra Eloxochitlán.

El río Xanga Ndá Ge habla con su caudal interrumpido: denuncia el saqueo y exige justicia. Eloxochitlán ha resistido el peso de cárceles, juicios y persecución. Hoy se levanta con fuerza colectiva y señala a cada responsable: jueces corruptos, fiscales complacientes, gobernantes indiferentes. La dignidad no se archiva, no se pospone, no se negocia. El río seguirá corriendo y, con él, la lucha mazateca hasta arrancar del Estado lo que este nunca quiso conceder: justicia y libertad.

La lucha continúa

La resistencia mazateca nos recuerda que la justicia verdadera no se obtiene en los tribunales corruptos, sino en la organización comunitaria y la defensa colectiva del territorio. El río Xanga Ndá Ge y su pueblo merecen dignidad, respeto y libertad.

Foto: Sara Betanzos – La solidaridad al momento de levantar la intervención callejera

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