La criminalización de defensores territoriales indígenas en México revela un patrón sistemático que trasciende fronteras estatales. En este podcast exclusivo con Sara Betanzos del colectivo Mazatecas por la Libertad, documentamos las conexiones orgánicas entre activistas de múltiples estados que sostienen la resistencia contra el extractivismo. Grabado el 2 de septiembre de 2025 frente a los juzgados federales de Boca del Río, este material sonoro captura testimonios directos de quienes construyen solidaridad más allá de sus territorios locales. Las voces de Fernando, Daniel, Tina y Toño revelan cómo funcionan las arterias de información y apoyo mutuo que mantienen vivas las luchas por la justicia ambiental y social. Escucha esta conversación completa que demuestra por qué la liberación de los presos políticos mazatecos depende de estas conexiones territoriales que desafían la fragmentación impuesta por el capital.
Las Arterias de la Rebeldía – El Giro de la Rueda
Por Sara Betanzos y Kino Balu
Las Arterias de la Rebeldía
Basado en conversación de Sara Betanzos (Mazatecas por la Libertad) con compañeros y coampañeras de Redes de Resistencia Veracruz, 2/sept/2025, juzgados federales Boca del Río.
Por Kino Balu
El concreto de los juzgados federales de Boca del Río aún conserva el calor de los cuerpos que protestaron hasta hace una hora. Sara Betanzos, del colectivo Mazatecas por la Libertad, sostiene su celular mientras los compañeros de las redes de resistencia veracruzanas organizan sus ideas. Es 2 de septiembre, la protesta terminó ya entrada la noche, pero las voces necesitan registrarse. Fernando ajusta su playera y comienza a hablar sobre ese mercadito en el parque Zamora donde todo empezó en 2021.
“Nosotros tuvimos conocimiento de la lucha de las compas mazatecas desde el 2021”, cuenta Fernando desde la red de resistencia veracruzana. Su mercadito se convirtió en centro nervioso donde cada historia de represión encuentra oídos dispuestos y manos que multiplican denuncias. Daniel conoció la resistencia mazateca en Guanajuato, hablando con jóvenes cuyos nombres no recuerda pero cuyos rostros siguen grabados. Tina la descubrió en un encuentro de resistencias, llevándola después al Bazar Rebelde del puerto.
Esta conversación frente a los juzgados federales revela conexiones que no son casuales ni espontáneas. Son circulación sanguínea de un cuerpo social que se organiza contra la amputación capitalista. Sara Betanzos modera este intercambio donde cada activista funciona como el órgano vital de ese cuerpo, filtrando información, procesando experiencias, transmitiendo anticuerpos contra la opresión sistemática.
El sistema judicial criminaliza a quienes defienden el agua mazateca, pero las redes de apoyo actúan como sistema inmunológico colectivo. Fernando difunde información de presos políticos desde Chiapas hasta Guerrero. Daniel conecta Veracruz con Oaxaca. Tina transporta las voces mazatecas al puerto. Toño articula encuentros en Cholula que fortalecen vínculos orgánicos.
“Es el sistema capitalista depredador que toma diferentes formas”, diagnostica Toño con precisión médica en su intercambio con Sara. El capital extrae recursos naturales como parásito que debilita al huésped, pero las redes de resistencia funcionan como anticuerpos que se multiplican ante cada ataque. Cuando criminalizan a las mazatecas por defender su río, la información viaja por arterias de solidaridad que conectan Veracruz, Guanajuato, Oaxaca, Cholula.
Lo que Sara registra en esta conversación de esa pausa de la jornada cultural no es solo testimonio disperso. Es el mapa la resistencia que opera sin jerarquías centralizadas. Fernando no comanda a Daniel, quien no dirige a Tina. Cada nodo funciona autónomamente mientras mantiene conexión con el sistema circulatorio general, del cual el colectivo Mazatecas por la Libertad forma parte vital. La fortaleza reside en esta descentralización orgánica que vuelve imposible la decapitación del movimiento.
La conversación que sostiene Sara con estos activistas frente a los juzgados federales demuestra que las compañeras mazatecas no luchan solas. Sus voces viajan por redes de activistas que amplifican la denuncia, multiplican los testimonio, convierten cada represión local en resistencia regional. La protesta del 2 de septiembre es solo una manifestación y jornada de lucha visible de este sistema nervioso distribuido que transmite dolor y respuesta defensiva simultáneamente.
La liberación de los presos políticos mazatecos depende de esta circulación constante de información y apoyo que documenta Sara Betanzos. No bastará con apelar a autoridades cómplices del despojo. La justicia llegará cuando estas arterias de rebeldía bombeen suficiente presión para reventar las venas del poder que criminaliza la defensa territorial.
El mercadito, el bazar, el encuentro y cada conversación como la que registra Sara fortalece este sistema circulatorio de la resistencia. Sin centros de mando, sin líderes únicos, pero con conexiones vitales que mantienen viva la lucha por la dignidad y la libertad que merecen todas las comunidades de los pueblos originarios.




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