Las protestas pro-Palestina que cancelaron La Vuelta a España 2025 destrozan el mito de la neutralidad deportiva. 100,000 manifestantes demuestran que no hay terreno neutral cuando se cometen atrocidades contra pueblos enteros. El deporte ya no puede ser refugio de la indiferencia. La solidaridad palestina redefine los límites entre entretenimiento y responsabilidad ética.